Simón, wey, está chido eso del desapego por las cosas materiales, no sucumbir al mundo de las apariencias ni a los de la mercadotecnia castrante; creer que eres un ser de luz cuya misión es dar amor y enriquecerse espiritualmente; que tus ambiciones son intelectuales y no materiales; pero, la neta, no eres feliz. Si estuvieras bien a gusto pensaría que eres un jipicillo bien chido, pero en cambio te sientes frustrado e insatisecho; entonces: no es por ahí. Búscale, chavo.