...

Y el gato no dijo nada

1

¿Cómo sonreir cuando los huesos se derrocan?
No estoy vacío, no
Las cuencas de tus ojos esperan mariposas

No hay miedo,no hay frío
Es nuestra herida creciendo, abrasando todo
Consumiendo sueños
Consumando derrota tras derrota

Yo no fui
Nadie fue
(Nunca vienen)

¿Qué hacer con las alas? Nos preguntamos saltando 
hacia allá, abajo
buscándonos esquirlas mientras caemos

No estamos, no estoy

¿Qué buscabas, Pessoa?
¡Yo estoy cansado de vivir dentro de una piedra!
De encontrarme en una banca esperando por mí
Esperando un reclamo de amor (un reclamor, jaja)
Que ya no llega

Intento atrapar las horas con mi red
con mi red rota 

Busco sembrar crisálidas
con mi visión monocromática

Millones de ojos me crucifican en otro cuerpo 
otro cuerpo que es perfectamente simétrico al mío

No me expliques los signos
Debo romperlos

4 Muestras de amor:

Anónimo lunes, 22 de septiembre de 2008, 9:42:00 p.m. GMT-5  

hey!! esa relga, de que si no pones el nombre del autor, es TUYO?

por que de serlo, es muy bueno.

Huele la tierra mojada, que me escondo en ella.

Helenarts

Garnacher martes, 23 de septiembre de 2008, 2:45:00 p.m. GMT-5  

Sí, es del marcito

Anónimo domingo, 28 de septiembre de 2008, 4:02:00 a.m. GMT-5  

Marquitos! estoy palticando contigo lero lero, y no te dejo mimir juar juar! jaja ,y andars zombie mañana hahaha, noes que me de busto realmente es que estoy disvariando jajaj, te quiero un verguero! peor shhhh no le digas a nadie!

Moaxis domingo, 28 de septiembre de 2008, 9:45:00 p.m. GMT-5  

Los reclamos que no llegan, no llegan por que desde lejos, algunos creemos que no quieres recibirlos. Pero están ahí los recuerdos lindos. Los porques estan de más cuando los pueden suplir las esperanzas de mejores mañanas.

Publicar un comentario

Saludos aquí

Etiquetas

¿Por qué a l@s chilang@s les cuesta tanto trabajo responder "no sé"?

Quen toca peta

Mi foto
Temixco, Morelos, Mexico
Yo no tengo una personalidad; yo soy un cocktail, un conglomerado, una manifestación de personalidades. En mí, la personalidad es una especie de furunculosis anímica en estado crónico de erupción; no pasa media hora sin que me nazca una nueva personalidad.