...

Y el gato no dijo nada

Yo vanidades.

No es tan complicado, bueno sí, así de sopetón sí parece extraño, pero no es tanto, deja intento explicarlo:

Muchas de las cosas que hacemos, como cepillarnos los dientes, abrochar los cordones de los cónvers, rascarnos (mutuamente o cada quien), tomar agua y demás, las hacemos sin prestar demasiada atención, es decir, que no es necesario estar súper concentrados en ello para hacerlo con éxito. Claro, a veces suceden cosas como que la espuma de pasta dental salte de tu boca y caiga en tu... ejem, ejem, disculpen la imagen, quise decir que a veces suceden accidentes, pero por lo general hacemos ese tipo de cosas sin mayores consecuencias que las deseadas.

Bueno, mientras hacemos ese tipo de cosas nuestra mente puede estar entretenida en otras cosas, por ejemplo, en decidir qué collar usar para que le combine al color del cielo, o si vas pasamos primero al banco, luego a comer y después a la lavandería, o si primeo a la lavandería y después...! Y así.

Pues bien, me pasa que mientras hago alguna de las cosas del primer tipo, es decir, las triviales, automáticas por decirlo de algún modo, mi mente está en una de las segundas, pensemo, por ejemplo en lo del collar. Mmm... creo que el verdecito, sí, aunque en el banco me van a ver muy fachoso, pero no importa porque luego iré a tal o cual lado... dónde dejé el collar verde?... ah sí, en la cabecera de la cama. Hasta aquí todo es razonar, pero luego empiezo a imaginar que voy por el collar, me lo pongo y hasta que me veo en el espejo.
Una vez concluída la actividad (no la de pensar, sino la de la otra) paso a hacer alguna otra, como ir por las llaves, o sacar la basura, o algo, entnoces regerso y me veo una vez más en el espejo y descubro que no traigo puesto el collar. Y yo: Epa! Si clarito que recuerdo que fui por él y me lo puse y hasta me vi en el espejo, porqué no lo traigo puesto? dónde lo dejé?

Entonces trato de recordar lo que estaba haciendo antes, y como es una actividad a la que no le presté mayor atención pues no recuerdo cuál fue, pero mi mente "recuerda" que fue por el collar y se lo puso, la cual, es también, una actividad trivial, automática por decirlo de algún modo.

Lo anterior puede extrapolarse a infinidad de ritos que realizamos en el hogar, casa u oficina (pomaditas a parte).

Y así ¿Ahora se entiende?

Iba a publicar mis reflexciones sobre el 1er informe del presidente de la república mexicana pero decidí cambiarlo a última hora.

NOTA: Esta es mi primera publicación que redacto en línea. Siendo así, se entiende por qué está tan poco elaborada. Ustedes dispensen.

1 Muestras de amor:

El Pirata Cojo viernes, 7 de septiembre de 2007, 1:23:00 p.m. GMT-5  

Caaaaa�caro!

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Yo no tengo una personalidad; yo soy un cocktail, un conglomerado, una manifestación de personalidades. En mí, la personalidad es una especie de furunculosis anímica en estado crónico de erupción; no pasa media hora sin que me nazca una nueva personalidad.